Viernes, Noviembre 22, 2024

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Río Piedras vivito y coleando

Río Piedras

El pasado 24 de julio, Samuel González escribió una columna titulada Se muere Río Piedras. La misma provocó conmoción en distintas vías. Unos afirmaron la tétrica crónica escrita, para otros un gran vaso de agua fría. Unos sufrieron pensando en el Río Piedras del pasado y otros salieron heridos después de ver que su trabajo comunitario no goza del reconocimiento de aquellos que tienen acceso a publicar. Después de ver las caras de frustración posterior a una reunión, observar la actitud del liderato “de encabulla y vuelve y tira”, decidí sacar el rato para comentar el artículo y abrir luz sobre el proceso que viene trazando la comunidad de Río Piedras.

 



No es mentira del autor que el casco urbano de Río Piedras está deprimido. Tampoco que no es lo que fue. Lo que tal vez no sabe el autor es que el casco de Río Piedras no es el único en su clase. Mucho se ha hablado del abandono de los cascos urbanos, esto por la apuesta del gobierno a la instalación de centros comerciales con extensos estacionamientos que invitan al consumidor a satisfacer todas sus demandas en un sólo lugar. Tampoco es único de Río Piedras el problema del cierre de comercios, vaya y vea en el propio Plaza Las Américas como hay decenas de locales vacíos producto de la mal llamada “la crisis” económica. La diferencia entre Plaza las Américas y el Paseo de Diego es que los locales vacíos son cubiertos por anuncios pagos por megatiendas y en el otro por grafitis de mal gusto. Tampoco es único de Río Piedras el problema de personas sin hogar que abusan de sustancias controladas. Es Santurce, El Cotto en Arecibo y otros tantos espacios de Puerto Rico, donde se ha dejado al descubierto la desatención de una población que va en ascenso y que a todas luces el gobierno le importa poco. Ese tema particular le duele a los residentes de Río Piedras, quienes viven en la constante contradicción de querer trabajar con el tema y no tener soluciones para el mismo. Valdría la pena preguntarse, ¿quién en este país tiene la fórmula para libéranos de este mal? ¿Es acaso que existe un proyecto que atienda esta población que haya sido 100% exitosos? Es probable que la contestación sea no. En nuestro amado Puerto Rico, este asunto es trabajado por organizaciones sin fines de lucro que carecen de recursos y que no son de las agraciadas de haber recibido parte de los veinte millones que el gobernador anunció que estaría dando a un puñado de organizaciones del tercer sector. Porque habría que recordar que este país el que no tiene padrino, no se bautiza y lamentablemente las organizaciones que trabajan el tema con sensibilidad no tienen tiempo para andar de cena en cena lambiendo ojos para ser parte de los agraciados. Sino pregúntele a Estancia Corazón, organización que trabaja en Río Piedras y Santurce que en ánimos de brindar servicios más completos, inició el camino a rehabilitar un edificio en el casco urbano. Edificio que después de cuatro años se logró que el Municipio de SanJuan no lo demoliera y lo cediera a la organización. Edificio que sigue siendo un espacio en desuso porque no hay fondos en ninguna parte del gobierno para rehabilitarlo. Y digo en ninguna parte del gobierno, ya que con mi propia boca pregunté al pasado Secretario de la Vivienda que fondos existían para trabajar el tema de las personas sin hogar y me contest, “ninguno”. El gobierno de Puerto Rico destina nada a esta población, todos los fondos (federales) disponibles (que son pocos), ya están distribuidos en algunas organizaciones que llevan años trabajando y que ya no dan para adoptar más participantes. Es de esta forma que un sinnúmero de iglesias han optado por venir a diario a regalar comida al casco urbano, como quien se toma una pastilla para quitar el dolor que provoca un cáncer terminal.

Mientras estos dolores pasan todos los días en Río Piedras un grupo de más de cien líderes comunitarios intentan contra cielo, mar y lluvias levantar el único lugar que les provee vivienda. Este grupo de líderes, logró ante toda adversidad aprobar unas enmiendas a la Ley para la Rehabilitación de Río Piedras (Ley 75), para devolver el acceso a la planificación y ejecución de proyectos deseados por la comunidad y no por cualquier político y sus aspiraciones faraónicas. Debo recordar, que fue bajo la administración de Jorge Santini, fue donde se detuvo el proceso de rehabilitación de la ciudad universitaria, esto por el encontronazo que hubo entre el liderato comunitario, la UPR Río Piedras (CAUCE) y el entonces alcalde. Este último pensó un Río Piedras distinto, sin chusma, sin “tecatos”, sin pobres. A esto fue que la comunidad y CAUCE se enfrentaron, cosa que costó el atraso de todo proceso gestado desde la gente que sufre, llora y ríe Río Piedras. A pesar de esta batalla, la comunidad siguió organizándose hasta lograr enmiendas a Ley 75 que le dan poder de planificar lo que entienden debe suceder en un espacio tan cosmopolita como es Río Piedras. Desde finales de 2016, se viene planificando y gestando el Río Piedras que la gente desea. Desde entonces se ha creado un organismo escogido en asamblea que vela porque se implemente un plan de desarrollo, el cual se anda pensando enmendar con el fin de hacerlo más humano y sobre todo participativo.

Del 2016 al presente se logró constituir el Fideicomiso para el Desarrollo de Río Piedras, herramienta comunitaria para la futura reutilización de espacios en desusos, el cual tiene una asignación de doscientos mil dólares del Municipio de San Juan que no ha sido recibido aún. Igual suerte corre un proyecto para iniciar el funcionamiento de una panadería tipo propiedad de trabajadores, la cual se espera por la aportación económica que se comprometió el Municipio. Este proyecto rompe con el mito de que la gente no quiere trabajar, no quiere echar pa’lante. Por el contrario, aquí hemos visto como tres personas de la comunidad quieren encaminarse a levantar un negocio, sin experiencia pero con la clara convicción de salir del boquete. La misma ruta se manifiesta con los proyectos electos en el Presupuesto Participativo, los cuales esperan por el desembolso del Municipio. El problema una vez más es la lentitud del gobierno en facilitar el recurso económico. Es que hay que recordar que este gobierno empuja a los ciudadanos a emprender negocios y proyectos de autogestión pero para eso se necesita dinero, ya que no todos nacen como la calabaza, con la flor en la parte de atrás.

Pronto se anunciará desde Río Piedras la revisión del plan de desarrollo integral, esto será un gran logro de los residentes. Veremos qué de todo lo que se incluya en el plan se podrá ejecutar, porque como usted sabrá sin chavos es imposible hacer cosas, máxime cuando se habla de rehabilitación. Mientras esto sucede, debe saber el autor y aquellos que leen estas notas que en Río Piedras se llevan más de seis años trabajando con los jóvenes, que hay un grupo organizado de estos que se proyectan como futuros líderes de sus barrios, que estos son materia prima de un ciclo deportivo que incluye baloncesto, volibol, softbol y otros el cual es financiado por la UPR para su disfrute y recreación, que el liderato comunitario inicia el camino a rescatar terrenos con el fin de levantar espacios comunes para fomentar más vida colectiva, más pensamiento crítico.

Si en algo coincido con el autor, es que es muy probable que la desatención de la ciudad universitaria responde a la falta de votos. Es que en Río Piedras hay una alta población de dominicanos/as que no representan masa votante. Así lo demostró el recorte inmisericorde de las rutas de la AMA a la mitad. Recorte que fue reclamado por los residentes y que se logró la reinstalación de tres de las casi doce rutas que se fueron para no volver.

Verá, es difícil hacer tanto en este contexto. Lo peor es que el clima de desasosiego en el país será peor, esto cuando se manifiesten los resultados de las políticas adversas del gobierno y la Junta de Control Fiscal. Entonces queda en manos de los residentes trabajar por su comunidad bajo el pretexto de la autogestión, concepto que sólo busca liberar al gobierno de sus responsabilidades. Mientras, Río Piedras sigue vivo y coleando, con una población de una diversidad envidiable, con sus más de ciento veinte lugares de comida, decenas de barberías, centros de salud e instituciones educativas y con una de las pocas plazas del mercado que quedan en el país. Mientras eso sucede la Junta Comunitaria del Casco Urbano de Río Piedras tendrá una asamblea el sábado 26 de agosto en las oficinas de CAUCE con el fin de presentar a los residentes el trabajo realizado y continuar con la agenda de la construcción de un Río Piedras participativo. En escasas ocasiones el país cuenta con trabajos y espacios como estos. Quedan todos invitados.



Oficina Central , C 25 NE 339, San Juan, Puerto Rico 00920

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