Escrito por Alejandro Torres Rivera / MINH
Al cierre del año 2016 ya era definitiva la noticia del triunfo del pueblo sirio en la batalla por liberación de Alepo, la segunda ciudad en población en el país. Para algunos analistas del desarrollo de guerra de intervención imperial contra la República Árabe Siria, Alepo pasa a ser el Stalingrado del gobierno sirio en su resistencia contra la agresión extranjera y mercenaria.
Tras su liberación por parte del ejército sirio con el apoyo de combatientes de la Federación Rusa, la República Islámica de Irán y de las milicias libanesas de Hezbolá, esta ciudad de 192 kilómetros cuadrados con una población estimada al comienzo del conflicto hace cinco años en más de 2 millones de habitantes, comienza lo que será un largo proceso de recuperación.
Alepo es una de las ciudades más antiguas en la región. Se encuentra localizada en la porción noroccidental de Siria, a una distancia de 120 kilómetros el Mar Mediterráneo. Fue poblada por los hititas hace más de 1800 años antes de la era cristiana. Para el año 1986 fue declarada ¨Patrimonio de la Humanidad¨ por la UNESCO. La que otrora fuera el centro económico del país, distinguiéndose por una extraordinaria cantidad de fábricas y comercios, es hoy una zona desolada por la guerra. Se estima que Alepo es la segunda ciudad con mayores destrozos resultantes de la guerra después de la ciudad de Homs.
La República Árabe Siria, por su parte, es un estado nacional que comparte fronteras al Norte con Turquía, al Este con Iraq, al Sur con Israel y con Jordania y al Oeste con Líbano. Desde el año 1967 Israel ocupa una porción al Sur de Siria denominado Alturas del Golán, territorio ocupado durante la Guerra de 1967. Siria advino a su independencia en 1946 de manos de Francia, pero no fue sino hasta 1963 que el país adoptó su sistema republicano de gobierno. Su presidente es elegido cada siete años. Aunque debe profesar la fu musulmana, Siria no es un estado teocrático.
En el pasado, bajo la dirección del padre del actual presidente Hafez al-Assad, Siria estableció un acuerdo de unidad política con el entonces presidente de Egipto, Gamal Abder Nasser para la configuración de un estado árabe unitario que respondiera a los intereses de la población musulmana en la región y no a los intereses económicos de Occidente. Desde entonces se traza el rechazo de los países occidentales al gobierno que ha prevalecido en Siria. En el año 2000, tras la muerte Hafez, al-Assad, asumió la jefatura del gobierno su hijo Bashar al- Assad. Ya en diciembre de 1979, el gobierno de Estados Unidos había incluido a Siria en la llamada ¨lista de países que patrocinan el terrorismo¨.
La política de agresión contra Siria data de varias décadas destacándose en ellas mediadas económicas y acciones militares encubiertas. En el año 2004, el presidente de Estados Unidos emitió la Orden Ejecutiva 13338 mediante la cual se implantó lo que vino a llamarse como ¨Syria Accountability and Lebanese Sovereignty Restoration Act¨ de 2003. Con ella, se ampliaron los poderes de emergencia del Presidente para la fijación de mayores medidas económicas contra Siria. También a raíz de la adopción de la Ley PATRIOT las medidas políticas, económicas y de otra naturaleza fueron aplicadas contra Siria, ello bajo el discurso de la acusación al gobierno sirio de ser un estado patrocinador del terrorismo. Durante la Administración Obama se intensificaron aún más las medidas económicas y políticas contra Siria, alentándose el desarrollo de grupos de oposición al gobierno, organizando la oposición armada al gobierno constitucional, y llegándose a plantear la organización de una ofensiva diplomática que justificara la creación de una coalición militar dirigida a formalizar una intervención directa de la OTAN y Estados Unidos contra el gobierno constitucional en Siria.
En respuesta a la campaña de Occidente contra el gobierno sirio, el 26 de febrero de 2012 se efectuó un referéndum en el país donde se sometió al voto popular cambios en la constitución del país, los cuales de acuerdo con la agencia de noticias SINA, llevarían a Siria ¨al pluralismo político, justicia social y el mantenimiento de libertades públicas e igualdad de oportunidades.¨ Los cambios suponían ampliar la creación de nuevos partidos políticos, proscribir los partidos basados en consideraciones étnicas, raciales, tribales o religiosos; equiparar los derechos de todas los partidos políticos; limitar los términos a la presidencia a dos términos de siete años cada uno; y prohibir cualquier tipo de discrimen por razón de género, origen, religión o lengua.
De la consulta participaron 8,376,447, (57.4% de los electores) de un total de 11 millones de electores. Para entonces la población siria se estimaba en 19 millones de habitantes. De los que votaron, 7,490,319 (89%) se expresaron a favor de los cambios propuestos; 753,208 electores votaron en contra y se contabilizaron 132,920 votos nulos. Fue tras el resultado de la consulta que los planes de agresión de Occidente contra Siria se acentuaron, desatándose así la insurrección armada de grupos jihadistas, desertores del ejército sirio y mercenarios con el apoyo y asesoramiento de países de la OTAN, de las monarquías árabes en la península arábicas, Israel y sus aliados, contra el gobierno constitucional del presidente Bashar al- Assad.
Desde el inicio del conflicto armado en Siria al presente, se cuentan por miles los muertos y mucho más los heridos en la lucha por el control de Alepo. El reciente cese al fuego alcanzado por negociaciones directas entre la Federación Rusa y Turquía han dado un breve reposo en la lucha, a pesar de que, en algunos reductos de resistencia, se siguen desarrollando, aunque en forma muy disminuidos, los combates. Como otras ciudades previo a la guerra de intervención imperialista, Alepo vivía una realidad de convivencia pacífica entre integrantes de diferentes religiones. Allí residían cerca de 250 mil cristianos, lo que equivale a un 12% de lo que era su población. Se estima que el 80% de los habitantes de Alepo son musulmanes de orientación suní. Fue luego de las derrotas iniciales de los yihadistas en su intento de apoderarse de Damasco, capital de Siria, que la conquista de Alepo pasó a un primer plano.
Junto al autodenominado Ejército Libre Sirio, integrado originalmente por desertores y traidores del ejército sirio con vínculos con Turquía, se encuentran también las fuerzas del Frente Al Nusra (la denominación que utiliza Al Qaeda en Siria) y las fuerzas del Estado Islámico de Iraq y Levante, también conocida como ISIS por sus siglas en inglés o Vahes en árabe. Existen también otras agrupaciones jihadistas, algunas de ellas con serias discrepancias entre sí, que también se enfrentan contra el gobierno sirio y las tropas leales a éste. Se estima que en la división sectorial producida por el control de Alepo, cerca de 300 mil yihadistas se hicieron fuertes en el control del sector oriental de la ciudad. Más al norte de Alepo, se encuentra otra zona, en la frontera con Turquía, que está bajo el control de tropas kurdas. Estas, si bien no se encuentran en estado de guerra contra las tropas oficiales sirias, tampoco puede indicarse que lo hagan frente a los yihadistas. Más bien los kurdos se mueven en torno a la defensa de las zonas donde se concentra esta población al norte del Estado sirio y al sur de Turquía.
En la batalla de Alepo fueron capturados oficiales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que desde hace años es denunciada por su activa participación en el conflicto apoyando la desestabilización del gobierno constitucional del Presidente Bashar al-Assad y a los mercenarios insurgentes de ISIS, El Ejército Libre Sirio y el Frente Al Nusra. En la liberación de Alepo, se informó por parte de la página electrónica Red Voltaire de la captura por parte de Fuerzas Especiales del Ejército de Siria en la parte oriental de la ciudad, escondidos dentro de un bunker, 14 oficiales de la Coalición Occidental que encabeza la OTAN, incluyendo asesores militares provenientes de Turquía, Estados Unidos, Israel, Qatar, Arabia Saudita, Jordania y Marruecos. De acuerdo con la publicación, ¨los primeros informes sugieren que no se trata de rebeldes callejeros, o de terroristas jihadistas, sino de efectivos militares de la Coalición y de comandantes de campo.¨
Indica la publicación que posiblemente la captura de estos mercenarios al servicio de Occidente aclare el por qué, a pesar de que el Ejército sirio ya había liberado el 99% de Alepo Oriental, se haya estado insistiendo en lograr un ¨cese al fuego inmediato¨ por funcionarios de la ONU y se desarrollara con tanta intensidad una ofensiva mediática por la situación en Alepo.
La presencia de asesores militares occidentales en la lucha contra el gobierno en Siria había sido ya denunciada por Michel Choussidovsky, en su página Global Research. Este estudioso denunció en el mes de septiembre pasado que ¨numerosos informes sugirieron que un centro de mando occidental situado detrás de las líneas terroristas había sido atacado y destruido por una carga de misiles rusa.¨ A tales efectos indicó: ¨Estados Unidos y sus aliados habían establecido una sala de operaciones en la región de Alepo integrada por personal de inteligencia. Hasta que fue atacado por un misil ruso el 20 de septiembre, esta instalación ´semisecreta´ fue operada por personal de inteligencia estadounidense, británico, israelí, turco, saudita y qatarí.¨ Si bien en aquel momento el informe no fue negado ni admitido por la Coalición que encabeza Estados Unidos, el periódico The Times de Israel sí informó el incidente.
También se denunció por el periódico The Telegraph en junio de 2016 que efectivos de fuerzas especiales británicos estaban prestando ayuda un grupo rebelde ¨con logística, como construir defensas para hacer seguros los bunkers.¨ Se indica también por Los Angeles Times los esfuerzos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos en el proceso de proveer armamentos al Frente Al Nusra en la región oriental de Alepo. Se trata de una conducta que no es nueva, por el contrario, ha estado presente a lo largo de este conflicto que ya se encuentra en su quinto año.
A diferencia de lo ocurrido en Libia, donde Occidente sí logró saquear las riquezas del país, destruyendo al mismo y apropiándose de sus recursos, haciendo de éste hoy un ¨Estado fallido¨; la resistencia del pueblo sirio, de su gobierno constitucional y sus fuerzas armadas, junto al apoyo recibido de gobiernos como la República Islámica de Irán, de la Federación Rusa y el apoyo solidario de la organización libanesa Hezbolá, han impedido la repetición en Siria de lo acontecido en Libia. A pesar del costo que ha conllevado la resistencia a la agresión imperial, que ya cuenta con mucho más de 100 mil fallecidos en el conflicto, sin contar con otras pérdidas materiales, culturales, históricas, millones de refugiados y desplazados, junto a graves cicatrices emocionales para la población civil, principalmente los niños, el pueblo sirio resiste y combate.
Un informe dado a conocer en la publicación Sputnik Mundo señala que en torno a la campaña por la liberación de Alepo y otras operaciones militares en Siria, la Federación Rusa junto con apoyo del gobierno sirio, realizó 17,800 vuelos impactando cerca de 78 mil objetivos; destruyó 725 campos de entrenamiento, así como 405 fábricas de producción de municiones; produjo 35 mil bajas a combatientes, incluyendo a 204 comandantes jihadistas; logró la evacuación de 78 mil civiles de la zona de combates; 1,324 combatientes rebeldes depusieron sus armas de los cuales 1,270 se vieron beneficiados con una amnistía; se desactivaron 1,300 artefactos explosivos, se limpió una superficie de 24 hectáreas de minas, así como se limpió de explosivos a 162 edificios y 11 kilómetros de carretera; y finalmente, se hicieron llegar a los necesitados cientos de toneladas en ayuda humanitaria.
Todavía es muy temprano para hablar de la paz definitiva en Siria. Mientras la tregua anunciada en Alepo pende de un hilo dado que algunas organizaciones jihadistas se niegan a deponer sus armas y procuran trasladar su radio de acción hacia otras partes, dentro y fuera del país; se indica que cientos de combatientes jihadistas que han abandonado Siria se han desplazado hacia Europa, principalmente Europa central. Por su parte el gobierno ruso ha planteado que si bien consciente la presencia militar extranjera en Siria, en clara referencia a Turquía, no consentirá una presencia militar extranjera permanente en dicho país. Por su parte, el gobierno sirio se prepara para continuar su ofensiva en Alepo y otras zonas de combate en el país hasta alcanzar la victoria definitiva.
La victoria en Alepo para las fuerzas gubernamentales ciertamente puede representar el giro de timón necesario en este conflicto que permita encaminar la lucha hacia su victoria final y definitiva.
AP Foto Hassan Ammar
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