Escrito por Alejandro Torres Rivera / Presidente CAAPR
La Octava Cumbre de las Américas está pautada para llevarse a cabo en la República de Perú durante los días 13 al 14 de abril del año en curso. Se trata de un evento que reúne cada tres años a los presidentes de 35 Estados de América del Norte, América Central América del Sur y el Caribe.
La primera de estas cumbres tuvo lugar en la ciudad de Miami, Estados Unidos de América en el año 1994. Fueron 34 los países que respondieron a la convocatoria, dada la exclusión todavía vigente a esa fecha, de la República de Cuba. De acuerdo con el presidente de Estados Unidos, William Jefferson Clinton, el propósito de la Cumbre era desarrollar una ¨asociación para la prosperidad. Eran años en los cuales Estados Unidos impulsaba agresivamente la idea, consumado ya su Tratado de Libre Comercio con Canadá y México (TLC), de un nuevo acuerdo comercial que integrara todos los países del hemisferio americano a través de un Tratado de Libre Comercio para las Américas. El nuevo esquema se denominó Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
A través de este evento, en Cumbres siguientes ordinarias, efectuadas en Santiago de Chile en 1998; Quebec en Canadá en 2001; Mar de Plata en Argentina en 2005; Trinidad y Tobago en 2009; Cartagena de Indias en Colombia en 2012; y Ciudad de Panamá en Panamá en 2015, los dirigentes de estos Estados participantes han abordado los temas de la integración física de las Américas; la reducción de la pobreza y las inequidades en las regiones; los desastres naturales; el acceso y uso de las tecnologías y la seguridad. Se han desarrollado, además, dos cumbres extraordinarias, una en Santa Cruz de la Sierra en 1996 y otra en Monterrey en el 2004.
Fue precisamente en la Cumbre efectuada en Mar de Plata en 2005 cuando fracasó a escala estratégica la pretensión de Estados Unidos de imponer el ALCA, quedando reducidos sus esfuerzos a distintas negociaciones bilaterales de libre comercio con países de América Central y América del Sur.
La respuesta a los esfuerzos Estados Unidos por imponer el ALCA a los países latinoamericanos y caribeños la encabezó el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el Comandante Hugo Chávez Frías, con la propuesta alterna de crear la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA). Esta integró en un mismo propósito a 13 países (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam) y un observador (Haití), sirviendo de zapata para otros esfuerzos integradores para los pueblos latinoamericanos como fueron la ampliación del MERCOSUR, la formación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), y más recientemente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En ocasión de la celebración de la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, desde el seno de varios países latinoamericanos surgió el reclamo de la inclusión de Cuba en la lista de Estados soberanos participantes en el organismo.
Ya el 3 de junio de 2009, en una reunión de cancilleres de la OEA celebrada en San Pedro Sula, Honduras, se había aprobado una Resolución en virtud de la cual, aún bajo la molestia manifestada entonces por la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, dejando sin efecto la Resolución adoptada el 31 de enero de 1962 excluyendo a Cuba del seno del Sistema Interamericano, y en consecuencia, de dicha entidad, la cual en su día fuera calificada por el Canciller cubano Raúl Roa, ¨ministerio de colonias de Estados Unidos¨.
La convocatoria a la próxima reunión de la Cumbre se produce en medio de esfuerzos llevados a cabo por la República de Perú, de excluir de la misma a la República Bolivariana de Venezuela. Según su presidente, Pablo Kuczynski, a pesar de que en un momento inicial tan sólo había amenazado al presidente venezolano Nicolás Maduro Moros con movilizaciones de protestas de este presentarse a la Cumbre, más adelante, manifestó su oposición a la presencia de Maduro en suelo peruano. La Primer Ministro de Perú, Mercedes Aráoz, ha ido más lejos en su rechazo a la presencia de Nicolás Maduro en la VIII Cumbre indicando que si un avión venezolano entra en el espacio aéreo de Perú transportando al presidente Maduro, el cual no ha sido invitado a la Cumbre, ordenará a la Fuerza Aérea de Perú el derribo de la nave.
La respuesta de Maduro no se ha hecho esperar. Señalando que sí estará presente en la Cumbre ¨llueva, truene o relampaguee, por aire, tierra o mar¨, indicó de paso que la conducta de los dirigentes peruanos es una manifestación de miedo a su persona. De acuerdo con el escrito publicado por ALAI (Agencia Latinoamericana de Información) de la firma de Isaac Bigio titulado Las Américas sin Cumbre, es la primera vez en la historia de los organismos de integración regional antes mencionados en los cuales se amenaza con derribar la nave en la que viaje un presidente de uno de los países que integran tales organismos regionales. De esto ocurrir, podría ser interpretado como un acto de guerra contra el país de donde procede la nave, y ciertamente, una violación de los tratados internacionales sobre navegación aérea.
El diferendo entre Perú y Venezuela tiene además otras connotaciones y antecedentes. El pasado 8 de agosto de 2017 se conformó el llamado ¨Grupo de Lima¨ con el único y deliberado propósito de intromisión en los asuntos internos de Venezuela. El Grupo de Lima, también denominado ¨GL¨ se ha opuesto al ejercicio soberano de Venezuela de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para reestructurar el Estado político del país, así como oponerse al también ejercicio soberano de Venezuela de determinar adelantar la fecha de sus comicios para la presidencia de la República. El GL, además, se ha dedicado a intervenir con las determinaciones de los tribunales venezolanos que han sancionado penalmente a personas que han violado la legalidad del país promoviendo Golpes de Estado o manifestaciones violentas dirigidas a desestabilizar el país e incluso, a aquellos que complicidad con otros países, promueven el cambio violento del gobierno constitucional de Venezuela.
El GL lo integran Canadá, Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, la República Cooperativa de Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía. Entre estos países se encuentran gobiernos en los cuales se han producido Golpes de Estado (Brasil, Honduras, Guatemala y Paraguay); países abrazados a modelos neoliberales de gobierno, responsables de empobrecer cada día más a sus respectivas poblaciones con medidas de choque (Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, Panamá, Guatemala y Perú); países en continuo conflicto fronterizo con Venezuela (Colombia y la República Cooperativa de Guyana); y claro está, países con profundos lazos o cercanías con el gobierno de Estados Unidos, categoría donde caben todos los anteriores.
No puede dejar de mencionarse la gira efectuada por el Secretario de Estado de Estados Unidos durante los días 1 al 7 de febrero donde visitó México, Colombia, Argentina, Perú y Jamaica; o los acercamientos en el plano militar efectuados por Estados Unidos durante el pasado año en el cual se desarrollaron cuatro ejercicios militares con efectivos del Comando Sur donde participaron destacadamente tropas de Brasil, Perú y Colombia. Entre los planes del presidente peruano se encuentra un viaje a Estados Unidos para sostener conversaciones con el presidente Donald Trump y como parte de éstas, ultimar detalles relacionados con la celebración de la VIII Cumbre de las Américas.
Dentro de toda esta situación, se desconoce al presente si el presidente estadounidense estará en la Cumbre o si el desarrollo de esta polémica de alguna manera afectará la decisión suya de comparecer a dicha cita en Perú. Ya países como Nicaragua han hecho expresiones en oposición a que se imponga el veto a la presencia de Maduro en la Cumbre. Es muy difícil asumir el hecho de la participación de Bolivia o Cuba en el evento si se le niega el acceso a Venezuela. Lo mismo podría surgir de parte de otros países latinoamericanos que no forman parte del GL, como también podría surgir de parte de países que aunque formen parte del consenso contra la Convención Constituyente de Venezuela o la decisión de adelantar las elecciones presidenciales, entiendan lo negativo del precedente y los efectos posteriores que tal decisión traiga para esfuerzos futuros del organismo o para otras instancias de integración latinoamericana y caribeña. Después de todo, como dice Isaac Bigio en su escrito, ¨[C]uando al gobernante de uno de estos miembros se le veta participar, se está poniendo en juego los acuerdos de no injerencia y se está poniendo en juego el futuro del dicho bloque internacional.¨
Entre los riesgos está no sólo la posibilidad de que se afecten instancias de integración regional creadas en las últimas dos décadas a partir del desarrollo de la Revolución Bolivariana encabezada por Hugo Chávez, sino también, los efectos que pueda tener este tipo de actuación en la propia Organización de Estados Americanos. Tanto para Venezuela como para Estados Unidos, la VIII Cumbre representa un campo de batalla diplomático, el primero en la defensa de sus derechos soberanos; para el segundo, un paso más en su ofensiva injerencista.
En todo este complicado entramado entre Estados Unidos, la República Bolivariana de Venezuela y la realidad del cerco que se construye contra esta última por parte de países vecinos, cada parte desarrolla su táctica y estrategia. En ellas procuran adelantar o defender sus respectivas posiciones. Por eso me parece importante recordar lo que nos indica Zun Tzu en su libro El Arte de la guerra. Allí, en el Tao de las Paradojas, señala lo siguiente:
¨…cuando se está en condiciones de atacar, se debe parecer incapaz; cuando se usan las fuerzas, se debe parecer inactivo; cuando se está cerca, se debe parecer lejos; cuando se está lejos, el enemigo debe creer que se está cerca. Se muestran carnadas para incitar al enemigo. Se finge desorden y se le aplasta. Si el enemigo está seguro, hay que estar preparado para él. Si es superior en fuerza, hay que evitarlo. Si el oponente es de temperamento colérico, hay que irritarlo. Hay que simular ser débil para que se vuelva arrogante. Si el enemigo está cómodo, no hay que darle descanso. Si sus fuerzas están unidas, hay que separarlas. Hay que atacar donde él no está preparado, aparecer donde no lo espera…¨
Considero que en estos momentos, el objetivo perseguido por Estados Unidos con el desarrollo de estas Cumbres de las Américas que desde 1994 ha venido impulsando, es sacrificable. Por eso, si la negativa a permitir la presencia de Venezuela en la VIII Cumbre tiene como resultado el desmantelamiento futuro de esta instancia regional; tal costo es poco, comparable con la destrucción eventual de la UNASUR o la CELAC como instancias de integración para América Latina y el Caribe. Después de todo, aquel impulso inicial dirigido a crear un Tratado de Libre Comercio para toda América Latina ha sido superado, primero a través de tratados bilaterales de los cuales ya muchos países latinoamericanos y Estados Unidos participan; segundo, los acercamientos hechos para conformar los acuerdos de libre comercio del Pacífico y Atlántico; y tercero, aún por definirse, la perspectiva proteccionista que hoy impulsa la administración de Donald Trump para el futuro estadounidense.
Mientras se desarrollan estos sucesos en torno a la próxima VIII Cumbre, en Perú la situación es complicada para su presidente y su gobierno. Nos dice Bigio en su artículo que el presidente peruano ¨es el único mandatario latinoamericano que en la primera ronda presidencial apenas obtuvo el 21% de los votos. Como él mismo dijo, ´por un pelito´ entró en el balotaje y también por otro luego él lo ganó. Sólo saco el 0.2% de ventaja a su adversaria Keiko Fujimori en la vuelta final, gracias a votos prestados, especialmente del centro y de la izquierda¨.
Estos sectores le dieron el voto para impedir el ascenso al poder de la hija de Alberto Fujimori, expresidente corrupto y asesino, que en aquel momento permanecía en prisión y que hoy, gracias al indulto conferido por Kuczynski se encuentra en libertad. El mandatario, además, enfrentó el pasado 21 de diciembre una moción en el parlamento peruano para destituirle del cargo, al ser identificado como beneficiario de los esquemas de corrupción y soborno de la firma brasileña Odebrecht.
De este intento de residenciamiento Kuczynski salió airoso, pero también fue por apenas un ¨pelo¨. En este caso, habiendo surgido una división en el seno de la mayoría parlamentaria controlada por Keiko Fujimori, no se logró alcanzar las dos terceras partes necesarias para destituirle. Sabiendo que esta situación podría cambiar mañana, Kuczynski realizó la movida de indultar al padre de Keiko, responsable de la muerte de decenas de miles de seres humanos y la tortura de otros tanto a manos de escuadrones de la muerte durante su mandato, Alberto Fujimori.
Está por verse si el veto impuesto por el gobierno de Perú al presidente venezolano Nicolás Maduro Moros se sostiene; o si siendo sostenido, la respuesta de diferentes países como Cuba, Nicaragua y Bolivia será la de boicotear la VIII Cumbre. De lo que ocurra, en una dirección u otra, están definidas las coordenadas para la sobrevivencia de esta instancia Hemisférica, la Cumbre de las Américas.
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