Escrito por Alejandro Torres Rivera
De acuerdo con el compañero Valter Pomar, Secretario Ejecutivo del Foro de Sao Paulo, esta entidad que agrupa a partidos y movimientos progresistas y de izquierda de América Latina fundada hace ya 20 años, plantea una alternativa real, favorecedora al resurgimiento de la propuesta socialista, al menos en lo que corresponde a la región latinoamericana.
Proviniendo de una iniciativa del Partido de los Trabajadores de Brasil a comienzos de la década de los noventa del pasado siglo, el FSP incluye, además, partidos políticos que a lo largo de estos veinte años han significado instancias transformadoras en la vida colectiva de sus pueblos caminando desde estructuras de oposición políticas a instancias de gobierno. Entre los países en que organizaciones vinculadas al FSP han alcanzado el poder político podemos mencionar los casos de Nicaragua, Venezuela, Uruguay, Argentina, Bolivia y El Salvador. En otros casos donde aún la llegada a la jefatura de los gobiernos establecidos no ha sido alcanzada, destacan sin embargo, significativos avances dados por organizaciones progresistas y de izquierda en sus parlamentos y otras instancias políticas.
Contrario a otras instancias organizativas de las cuales participan organizaciones de izquierda, el FSP tiene como principio que la participación en sus instancias organizadas se da a partir del consenso de las organizaciones de cada país que se representan el Foro. Por ejemplo, en el caso de Puerto Rico, donde participan al presente del Foro de Sao Paulo el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, el Frente Socialista y el Partido Nacionalista de Puerto Rico, las posiciones que presenta Puerto Rico como país ante las reuniones del grupo directivo del Foro, conocido como Grupo de Trabajo, se dan de manera conjunta a base de los acuerdos a los cuales llegan estas organizaciones en Puerto Rico. Periódicamente, el Foro de Sao Paulo se reúne, en promedio, cada año, habiendo sido sede de estos eventos, a partir del primer encuentro una vez fundada la organización en 1990, la Ciudad de México en 1991; Managua en 1992; La Habana en 1993; Montevideo en 1995; San Salvador en 1996; Porto Alegre en 1997; Ciudad de Mexico en 1998; Managua en 2000; La Habana en 2001; Ciudad de Guatemala en 2002; Quito en 2003; San Pablo en 2005; El Salvador en 2007, Montevideo en 2008; Ciudad de México en 2009 y Buenos Aires en 2010.
En estos encuentros los miembros latinoamericanos del FSP cuentan con voz y voto, sin embargo, organizaciones que asisten a estos eventos que no forman parte de América Latina, tienen voz pero no voto. En las comisiones especiales de estos encuentros, sin embargo, sí pueden ejercer ambos derechos.
El más reciente encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado en Argentina, contó con la participación de 95 organizaciones provenientes de 34 países, a saber: 73 organizaciones latinoamericanas y caribeñas, 17 europeas, 3 provenientes de Asia, 1 de América del Norte y 1 proveniente de África. Este encuentro contó, además, con una importante participación de jóvenes donde además de los problemas generales de sus países y su ubicación en la lucha contra las política neoliberales, examinaron también sus problemas generacionales dentro y alrededor de las luchas que les incumben. Producto de sus reflexiones fue la Declaración aprobada en la cual hacen un llamado o convocatoria, no solo a la participación activa en el XVII Festival Mundial de Juventud y los Estudiantes en Suráfrica pautado para este mes de diciembre, sino a III Encuentro de las Juventudes del Foro de Sao Paulo a celebrase en julio en la rojinegra sandinista Nicaragua.
La convocatoria del XVI Encuentro del Foro de Sao Paulo realizado en Argentina propuso ampliar la unidad de los partidos progresistas, populares y de izquierda de América Latina; la consolidación de los logros alcanzados en los respectivos países, cerrándole el paso a la restauración de las derechas en los gobiernos de estos; profundizar los cambios que han venido ocurriendo en los países donde hoy la izquierda es gobierno; el apoyo a aquellos partidos de izquierda en la región que aún no son gobierno; la derrota de los intentos de restauración de las derechas en los países donde la izquierda a accedido al gobierno; la aceleración de los procesos de integración latinoamericana y la elaboración de nueva propuesta de modelo de desarrollo para América Latina y el Caribe.
Entre las resoluciones aprobadas por el XVI Encuentro del FSP se encuentra una relativa a Puerto Rico donde a partir de considerar al colonialismo como un estado que violenta los derechos humanos y constituye un anacronismo para la humanidad, se llama a los partidos y organizaciones participantes presentes en el Encuentro “a incrementar las acciones en sus países para elevar el caso de Puerto Rico a la Asamblea General [de las Naciones Unidas] según consta en las Resoluciones del Comité de Descolonización desde 1974 al presente...”; reivindica el reclamo por la excarcelación de nuestros prisioneros políticos Oscar López Rivera y Avelino González Claudio; demanda de Estados Unidos como potencia colonizadora el desarrollo de un proceso de descolonización justo y democrático; y reclama la desmilitarización y descontaminación de la Isla de Vieques.
Además de sus Encuentros periódicos, el denominado Grupo de Trabajo, del cual también Puerto Rico forma parte como representante de la región del Caribe, realiza reuniones, seminarios y discusiones en los cuales se actualiza la información de cada región o se someten a discusión temas puntuales sobre los cuales cada región aporta elementos que permitan profundizar el conocimiento de los mismos. Así por ejemplo, en ocasión de la reunión del Grupo de Trabajo efectuada en 2009 en San Salvador, coincidiendo con los eventos de la jura de Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional como presidente de la República, se produjo una sesión de discusión bajo el tema “Experiencias de la relación Partido, Gobierno y Estrategias de gobernabilidad” donde fueron examinadas las experiencias de Cuba, a través del científico social e investigador Roberto Regalado; Panamá en la experiencia del PRD con la participación de Nils Castro; la de Nicaragua Sandinista a través del excombatiente y diputado Jacinto Suárez; la de la República Bolivariana de Venezuela a través de su Encargado de Negocios en El Salvador; la de El Salvador, a través de uno de los dirigentes del FMLN, el comandante Camilo; la de la República Oriental del Uruguay, a través Daniel Fagúndez, representante por el Frente Amplio y finalmente, la experiencia de Brasil por el Secretario General del Foro de Sao Paulo Valter Pomar.
Estos intercambios de experiencias, en unos casos comunes, en otros casos diferentes, sirven de referencia para la introspección no solo de los participantes en estos debates, sino desde la perspectiva de análisis de sus propios procesos políticos a la luz del crisol de otras experiencias.
La ausencia de un centro ideológico de izquierda a nivel mundial o regional, como en el pasado lo ofrecían la Internacional Comunista o la Internacional Social Demócrata, junto con el desmoronamiento del Campo Socialista tras la caída de la Unión Soviética y las llamadas democracias populares en Europa Oriental, unido al avance de la implantación de las políticas neoliberales, anunciaron para algunos el llamado “fin de la historia”, la muerte del socialismo como alternativa a la explotación capitalista, la descomposición orgánica e ideológica de las llamadas izquierdas y la falta de una perspectiva de futuro para muchos sectores en nuestra región. Si algo ha aportado el Foro de Sao Paulo en los pasados veinte años ha sido a dotar al pensamiento político revolucionario latinoamericano de un espacio de reflexión y acción teórica que contribuya a reconstruir las bases socavadas de la lucha por el socialismo; de la lucha anti capitalista y neoliberal; de la lucha anti imperialista y por la integración latinoamericana, luchas estas que empalman hoy en la propuesta de un nuevo tipo de socialismo, el socialismo del Siglo XXI.
Uno de los señalamientos que hacía Valter Pomar en su intervención en el seminario antes mencionado, era que existían dos modelos de gobernabilidad; la gobernabilidad institucional y la gobernabilidad social. La primera, decía, supone depositar la gobernabilidad sobre un grupo parlamentario y coaliciones; la segunda, se sostiene en organizaciones de nuevo tipo, aquella que genera espacio para el desarrollo de órganos de participación popular. Continúa indicando Pomar, que la gobernabilidad debe ser vista a la luz de cuál es el propósito que persigue. Así las cosas, indica, “hay que reflexionar sobre el papel de nuestros gobiernos y nuestra presencia en la lucha por el socialismo por dos razones: la primera, porque desde el gobierno se pueden hacer transformaciones; la segunda, porque desde el gobierno se puede avanzar en el cambio revolucionario. Por eso es más importante hace más preciso que nunca antes el rol del gobierno en la lucha por el socialismo. ¡ A esa propuesta es que ha apostado el Foro de Sao Paulo en su quehacer de dos décadas!
Como indica el lema que inspiró el XVI Encuentro del FSP “Construir un cambio de época”, América Latina vive en estos momentos un proceso de transformación de nuevo tipo, posiblemente dirigido hacia la creación de nuevos paradigmas desde los cuales las ideas del socialismo se renueven y multipliquen a escala planetaria. En la consecución de tales objetivos, el FSP jugará un papel determinante.
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