Escrito por Héctor L. Pesquera Sevillano / Copresidente del MINH
«El objetivo de la propuesta Junta Fiscal Federal es asegurarse el pago de la llamada deuda pública a los inversionistas. Es retrotraernos al siglo pasado cuando el Gobernador era nombrado por Washington al margen del pueblo de Puerto Rico. Realmente es una Junta Fiscal Colonial. Nos oponemos a esa propuesta colonial y denunciaremos la maniobra en la comunidad internacional. Los puertorriqueños no podemos aceptar dicha imposición.»
I. Situación del País
El Impago y la Deuda
Mucho se ha hablado de la deuda de más de 70,000 millones de dólares que tiene Puerto Rico con inversionistas, pero ¿Cuánto nos debe Washington por obligarnos a utilizar la marina mercante de Estados Unidos durante un siglo, la más cara e ineficiente del mundo? Los cálculos más conservadores estiman en unos $500 millones anuales el costo adicional para Puerto Rico por el uso de esa marina para transportar nuestros alimentos y bienes de consumo. Cien años a ese tajo son 50,000 millones de dólares.
¿Y cuánto nos deben por la destrucción sistemática de nuestra agricultura para obligarnos a comprarles e importar en su Marina Mercante el 85% de lo que consumimos? En el 1898 en Puerto Rico se producía el 85% de lo que consumíamos.
¿Cuánto nos deben por el uso y contaminación del Bosque Toro Negro y El Yunque con el Agente Naranja y otros tóxicos?
¿Cuál es la deuda de Washington por el proyecto de esterilización masiva a que fueron sometidas miles de mujeres puertorriqueñas sin su consentimiento durante la década del 40 y 50?
¿Cuánto valen las miles de muertes de soldados puertorriqueños que fueron utilizados como carne de cañón en las guerras imperialistas de Estados Unidos a través de todo el planeta?
¿Cuánto nos deben por el uso no autorizado de las aguas del Río Blanco de Naguabo para abastecerse de agua durante años para su instalación militar en Roosevelt Roads? El gobierno del ELA, al descubrir el robo, les facturó millones de dólares y el Tribunal de Estados Unidos en Puerto Rico determino que la Marina de Guerra tiene “Inmunidad” y que no tenían que pagar esa deuda. Igual conducta de impago mostraron con un “pillo de agua” que durante años suplía del preciado liquido a las instalaciones del Correo General en la Avenida Roosevelt en Hato Rey.
¿Cuánto vale haber intervenido en nuestro proceso electoral, judicial y político para su ventaja durante las pasadas décadas? Ahora pretenden imponernos una Junta Fiscal Federal que esté por encima del Gobernador y la Legislatura a la hora de determinar acciones, leyes, impuestos y contratos gubernamentales. Esto es inaudito.
¿Cuánto nos debe Washington por la explotación colonial a que hemos sido sometidos por más de un siglo? ¿Cuál es la deuda que tienen por el uso de nuestros mejores terrenos agrícolas para establecer instalaciones militares alrededor de toda la isla, expropiando forzosamente a los propietarios? En Vieques estuvieron más de 60 años zumbando metralla y contaminantes a diestra y siniestra, contaminando el ambiente y afectando adversamente la salud y el desarrollo de toda la comunidad. En Culebra aún quedan bombas sin detonar y desechos militares sin limpiar.
Alegan que no tienen dinero para realizar la limpieza y descontaminación que urgentemente requieren tanto Culebra como Vieques. ¡Se trancó el dómino! Si ellos no pagan nosotros no tenemos por qué pagar.
El año 2016 tiene que ser el año del impago a los bonistas y de la descolonización de Puerto Rico. La senadora María de Lourdes Santiago, candidata a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) lanzó la propuesta del Impago a la deuda. Nosotros la acogemos y respaldamos. Primero hay que auditar esa deuda para determinar si hubo fraude y beneficios “paralelos” en la otorgación de esos préstamos y si se utilizó el dinero para lo que se obtuvo el préstamo. Descartada la deuda ilegal, hay que ir contra los que se beneficiaron del traqueteo. Y el remanente, contraponerlo a lo que nos debe Washington por un sistema de dependencia colonial que nos ha llevado a la ruina, mientras ellos se han enriquecido del mismo.
Durante la última década solamente, se han llevado como ganancia de sus inversiones en la isla $35,000 millones de dólares anuales, que por 10 años son 350,000 millones de dólares.
Para el Congreso de Estados Unidos, “pertenecemos a pero no formamos parte de Estados Unidos”. Pues resulta que una pertenencia de ellos está en quiebra y ellos no quieren reconocerle, como al resto de sus jurisdicciones, el derecho a acogerse a la Ley de Quiebras, una prerrogativa de principios del sistema capitalista. Así es que hasta que no se cuadren los numeritos, no hay espacio para promesas de pago o nada por el estilo.
Vamos, como nos recomienda el compañero Oscar López Rivera, a boicotear el pago a la deuda colonial.
Una vez hayamos aclarado los numeritos y que Washington haya reconocido lo que nos debe, estaremos en condiciones de hablar de la forma de pago de dicha deuda colonial, si alguna. Veremos al final del camino que quienes nos deben son ellos a nosotros, que el impago es de ellos.
La Junta Fiscal Federal
El objetivo de la propuesta Junta Fiscal Federal es asegurarse el pago de la llamada deuda pública a los inversionistas. Es retrotraernos al siglo pasado cuando el Gobernador era nombrado por Washington al margen del pueblo de Puerto Rico. Realmente es una Junta Fiscal Colonial. Nos oponemos a esa propuesta colonial y denunciaremos la maniobra en la comunidad internacional. Los puertorriqueños no podemos aceptar dicha imposición. Nos uniremos todos y todas las personas con dignidad y que nos respetamos como pueblo, a combatir dicha propuesta en la calle, en los foros judiciales y a nivel internacional.
Es una idea totalmente anacrónica y a destiempo. Es la manera que tienen de eludir su responsabilidad y manejar la crisis a su favor. Y para ello han estado preparando el camino. Han tenido que aceptar públicamente que la soberanía sobre Puerto Rico la ostenta el Congreso de Estados Unidos. Han reconocido que el ELA fue un fraude para confundir a los puertorriqueños y de paso, a la comunidad internacional. Han tenido que desnudarse públicamente para justificar la propuesta de una Junta Fiscal Federal.
Coincidimos en el diagnóstico: somos una colonia de Estados Unidos, nunca lo hemos dejado de ser y el ELA es un fraude monumental que se vino abajo. Pero diferimos en el tratamiento. La salida no es más colonialismo, no es una Junta Fiscal Federal. La salida es la descolonización e independencia de Puerto Rico Y como mecanismo hemos propuesto, junto a diversos sectores sociales y políticos del País, la Asamblea Constitucional de Estatus.
David Bernier, nuevo presidente del Partido Popular Democrático, acaba de proponer que pospongamos la discusión del Status por ser un asunto tan importante. Los asuntos importantes se tratan con prioridad, primero que lo secundario. Otra vez el PPD le rehúye al tema del status. Impulsar la ACS es una promesa programática del PPD. Ahora tienen lo necesario para adelantar dicha promesa. La Gobernación y mayoría legislativa, cosas que probablemente no tendrán en el próximo cuatrienio.
Si de verdad quiere hacer algo positivo, Sr. Bernier, actúe ahora para que la delegación legislativa de su partido apruebe la ley habilitadora de la Asamblea Constitucional de Estatus.
II. La lucha de independencia
Vivimos momentos históricos y definitorios en la lucha por la libertad y el bienestar de Puerto Rico. Los planetas no se alinean todos los días. La coyuntura actual es muy favorable para los que luchamos por la libertad y la justicia social. Es el año del crecimiento independentista. Todas nuestras miras deben centrarse en educar y movilizar hacia la libertad y rechazar, con todas nuestras fuerzas, las propuestas de afincar aún más el colonialismo en Puerto Rico. Hablemos de unidad patriótica, de la necesidad de la independencia como instrumento para manejar la crisis, de detener el éxodo de talento boricua hacia Estados Unidos, de la camisa de fuerza que representa el colonialismo en este momento, de la urgencia de resolver nuestro problema colonial mediante la Asamblea Constitucional de Estatus.
Hablémosle al pueblo de Puerto Rico sobre de quién es la deuda, quién le debe a quién, y veremos realizarse nuestra más suprema aspiración: La independencia y el progreso de Puerto Rico.
La comunidad Internacional está lista para respaldarnos. La comunidad boricua en la Diáspora está en pie de lucha. Y los boricuas que residimos en la isla estamos listos para dar el máximo por educar, movilizar y organizar la lucha por la independencia.
Este es el año de la suprema definición: o yanquis o puertorriqueños.
Utilizando una cita del compañero Alejandro Torres Rivera al finalizar un reciente escrito sobre la situación por la que atraviesa Puerto Rico, reiteramos:
“Nunca antes habíamos tenido un mejor escenario para el avance definitivo en el ejercicio de la libre determinación del pueblo puertorriqueño; nunca antes los voceros del colonialismo en Puerto Rico habían estado tan aislados; nunca antes la quiebra del modelo colonial había sido tan evidente; nunca antes habían existido condiciones materiales y objetivas tan claras para avanzar en la ruta de la soberanía política y la descolonización”.
Los eventos astronómicos en los cuales los planetas se alinean ocurren cada cierto tiempo y no vuelven a repetirse en años. Con los procesos políticos ocurre lo mismo. Estamos viviendo un proceso de alineamiento de planetas en el plano de la lucha política por la descolonización. No lo dejemos pasar pensando en las cosas pequeñas que en ocasiones nos impiden caminar juntos hacia objetivos comunes.
Al cumplirse este año el aniversario 35to de la acción revolucionaria Pitirre II y que reivindiquemos en Hormigueros en el natalicio del prócer de la independencia patria, Eugenio María de Hostos, nos llena de satisfacción.
Recordamos y hacemos nuestras las palabras de Juan Mari Brás, secretario general del Partido Socialista Puertorriqueño, al conocer de la acción revolucionaria protagonizada por la organización clandestina Ejército Popular Boricua ‘Macheteros’, en la que fueron destruidos nueve aviones de las fuerzas interventoras estadounidenses.
“El acto realizado por un grupo armado clandestino en la base Muñiz es una acción de guerra. Nosotros reconocemos el derecho inalienable de los puertorriqueños a hacer la guerra a la intervención yanqui en Puerto Rico. La acción es legítima y en ejercicio de ese derecho inalienable. Es, además, una acción evidentemente bien planificada y extraordinariamente bien ejecutada. Esta acción está a la altura más audaz y exitoso operativo militar que se haya dado en cualquier escenario de guerra contemporánea...”.
En el comunicado de prensa, hecho llegar a los medios noticiosos, los Macheteros fueron claros y precisos. La acción corresponde a la lucha del pueblo puertorriqueño por su independencia y a la solidaridad con el pueblo salvadoreño que combate por su libertad. Si el imperialismo pretende utilizar a Puerto Rico como punto de partida para invadir a El Salvador, ya sabe lo que le espera.
Esa es la verdadera dimensión del caso colonial de Puerto Rico a alturas del ochenta. Allí existe guerra, a veces sorda y anónima, distorsionada por todos los recursos que tiene la metrópoli yanqui a su disposición. La farsa que han montado durante décadas se va desplomando, al impacto de la lucha popular y de acciones como la del doce de enero de 1981 en la base militar yanqui.
Cuando Alexander Haig, el guerrerista secretario de Estado estadounidense, se enteró de la acción armada dijo que era un “pasmoso acontecimiento”. No era para menos. Penetrar una base aérea estadounidense, dejar plantados decenas de explosivos y volar por los aires nueve aviones, todo esto sin dejar rastro, pasma al más aguzado.
Mientras tanto, el pueblo comentaba absorto y hasta el boricua opuesto a la independencia sentía, en sus adentros, la satisfacción de quien puede golpear a los aparentemente indestructibles.
Ahí no quedó todo; los Macheteros tenían una carta guardada. Ya que las agencias noticiosas estaban distorsionando sus comunicados de prensa, filmaron un videotape donde aparece un grupo de guerrilleros, con sus armas, símbolos y demás parafernalia. Lo enviaron a una periodista, quien logró pasarlo por televisión. Así todo el mundo pudo comprobar, hasta el más incrédulo, que en esta guerra el pueblo también se arma y se organiza, que el ejército de los explotados va sentando sus bases.
Al David que es Puerto Rico le ha tocado un Goliat de gigantescas proporciones. Sin embargo, como dijera Mari Brás en otra parte de sus declaraciones, “…ese 1ogro le da un aviso claro al imperialismo y sus lacayos, de que en Puerto Rico se puede pelear con éxito”.
Nos llena de profundo orgullo y satisfacción saber que el imperialismo contó con nueve aviones menos para agredir al pueblo salvadoreño, gracias a la contundente acción internacionalista realizada por valerosos hijos de Betances y Albizu Campos.
¡QUE VIVA LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL!
¡A BOICOTEAR EL PAGO DE LA DEUDA!
¡QUE VIVA LA UNIDAD PATRIÓTICA!
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