Escrito por Julio A. Muriente Pérez / Copresidente del MINH
Había que estar allí. Y allí estuvimos. Nuestra bandera tenia que flotar, solidaria y combativa, en aquella tierra hermana. Y allí flotó, a media asta.
Era nuestro deber, nuestra obligación, estar presentes en el homenaje-acompañamiento-despedida a Fidel. Y hasta allá llegamos.
Hoy podemos informarle a nuestra gente que, a mucha honra, Puerto Rico independiente estuvo en Santiago, que se unió a los miles y miles de hermanos y hermanas de Cuba que se movilizaron hasta confluir en la Plaza de la Revolución de esa ciudad heroica, la noche del sábado, 3 de diciembre. Que el día 4 en la tarde llegamos hasta el cementerio Santa Ifigenia e hicimos la cola junto a una multitud solemne y triste, hasta llegar a la roca inmensa donde descansan desde ese día las cenizas de Fidel, cerca, muy cerca, del Mausoleo de Martí. Y allí rendir nuestro respeto y expresar los grandes sentimientos que nos unen al gran revolucionario y a su pueblo.
Que sostuvimos un fascinante encuentro con los cinco héroes cubanos que fueron liberados no hace mucho tiempo. Que en ese encuentro nos acompañamos con una imagen de Oscar, que también estuvo allí junto a nosotros. Que tuvimos la oportunidad de transmitir nuestro saludo y nuestros sentimientos a todo el pueblo cubano por radio y televisión. En fin, que intentamos caminar cada pulgada de ciudad santiaguera, por las inmediaciones del Moncada, por el parque Céspedes, hasta la granjita Siboney, bandera en mano, sentimiento en el corazón, para que se supiera y se sintiera que Puerto Rico estaba presente allí, en esa hora suprema.
En Santiago fuimos recibidos con los brazos abiertos. Junto a otros hermanos y hermanas nuestroamericanos y de otros continentes, constituimos una representación digna para honrar al inmenso caribeño y latinoamericano de los siglos veinte y veintiuno que ha sido Fidel, al dirigente revolucionario por excelencia, al combatiente invencible.
Ha sido un honor, un inmenso honor, estar en Santiago de Cuba estos días singulares, únicos. Ha sido un privilegio representar a Puerto Rico, al Puerto Rico caribeño y latinoamericano que lucha por su independencia nacional; que tuvo y ha tenido en Fidel y en la Revolución Cubana a sus principales aliados y acompañantes.
Porque nosotros y nosotras, también somos Fidel.
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