El pasado 26 de marzo partió hacia La Habana, Cuba una delegación del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) compuesta por Julio A. Muriente Pérez (Copresidente), Carlos Vega Pérez (Secretario de Organización) y Aurora Muriente Pastrana (Miembro de la Dirección Nacional).
El programa de actividades, reuniones y encuentros preparado por el Delegado de la Misión de Puerto Rico en Cuba y miembro de nuestra Dirección Nacional, Edwin González, era realmente abarcador. Y extenuante. Incluía, entre otras actividades, reuniones en el Ministerio de Relaciones Exteriores, con dirigentes del Partido Comunista de Cuba, con el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); encuentros con embajadores, organizaciones juveniles y la prensa; una conferencia; visita al Centro Fidel Castro; encuentro con nuestro querido Ricardo Alarcón, una recepción; en fin, que apenas tendríamos algunas horas para dormir.
Pero no todo estaba escrito en el programa que nos fue entregado a nuestra llegada a La Habana. Esta vez sí que lo mejor estaba por venir.
Nos lo anticiparon el miércoles 30 de marzo en la mañana. Sería un día cargado de importantes encuentros y reuniones. Además –ya era oficial– a las cuatro de la tarde nos reuniríamos con el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel.
Llegamos temprano en la tarde al edificio donde ubica el Comité Central del PCC. Estábamos conversando con un alto responsable del Partido para América Latina y el Caribe, cuando fuimos conducidos a las oficinas del Presidente, quien también es el Primer Secretario del PCC.
Allí nos esperaba el Presidente Díaz Canel, acompañado por el
Canciller Bruno Rodríguez, el Vicejefe y Coordinador del Departamento de Relaciones Internacionales del PCC, Ángel Arzuaga Reyes y Rodolfo Benítez, Director General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería de Cuba.
Evidentemente, fue una reunión del más alto nivel. Así lo decidió el Presidente Díaz Canel; y así lo decidieron el Gobierno y el Partido Comunista de Cuba: la primera reunión del nuevo Presidente cubano con una delegación independentista boricua constituiría un contundente mensaje de reafirmación de la solidaridad y la hermandad histórica existente entre los pueblos de Cuba y Puerto Rico y, sobre todo, representaría la reafirmación firme y categórica de la solidaridad de la Revolución Cubana con la causa de la autodeterminación e independencia de Puerto Rico. Como desde siempre y ahora más.
Aquel singular encuentro fue cualquier cosa menos una reunión protocolar, fría y formal, como tantas que se dan en el mundo de la política y la diplomacia. Todo lo contrario. Desde el primer abrazo fuerte y caluroso con el que fuimos recibidos, la Delegación del MINH/Puerto Rico compartió casi dos horas de conversación distendida y franca, educativa y alegre, en la que los temas de conversación pasaron desde la situación general los respectivos países, del bloqueo a la pandemia y la odisea de las vacunas cubanas, a la cultura y la música puertorriqueña.
Hasta que apareció un funcionario a recordarle al Presidente que tenía un compromiso que cumplir en hora cercana. Entonces, casi a regañadientes finalizó aquel encuentro, al que no exageraríamos si le adjudicamos carácter histórico. No sin antes reafirmar el Compañero Díaz Canel el compromiso de Cuba Revolucionaria con la causa independentista puertorriqueña; de la misma forma que nuestra Delegación reafirmó nuestra solidaridad militante con la Revolución Cubana, su Pueblo, su Gobierno y el Partido Comunista de Cuba.
Hasta la puerta misma del ascensor nos acompañaron el Presidente Díaz Canel, el Canciller Bruno Rodríguez y toda la Delegación cubana presente en este singular encuentro. Justo allí, casi susurrando, fueron emitidas las últimas palabras solidarias del Presidente expresando una vez más su cariño al Pueblo puertorriqueño en lucha.
Este gran encuentro, junto con las muestras desbordantes de solidaridad, afecto y respeto que recibió nuestra Delegación en cada momento, en cada lugar y en cada reunión que sostuvo, es revelador del respaldo insobornable que la causa de la independencia de Puerto Rico recibe hoy, como lo recibió ayer, de la Revolución Cubana, sus dirigentes, organizaciones y de su Pueblo.
Ello implica un enorme compromiso. Con Puerto Rico y con Cuba. Es cierto que ese respaldo se lo ha ganado la lucha de independencia de Puerto Rico con su perseverancia, tenacidad, arrojo y patriotismo. Es cierto, también, que estamos obligados moralmente a generar importantes saltos de calidad en nuestra lucha, a ser merecedores de tanto desprendimiento, de quienes a su vez libran inacabables batallas por prevalecer y triunfar; y que tenemos que redoblar nuestra solidaridad internacionalista, con Cuba y con los pueblos nuestroamericanos que hoy protagonizan grandes batallas libertarias.
Por lo pronto, celebremos. Han triunfado una vez más la hermandad de las Patrias de Betances y Martí, que es una y la misma Patria.
Mientras tanto, la Delegación del MINH se ha reintegrado, satisfecha, a las tareas cotidianas, también abarcadoras y extenuantes. Con alegría y seguridad en el porvenir.
*Copresidente Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) de Puerto Rico
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