Hay enajenación en la política exterior de Estados Unidos. Me refiero a una cierta privación del juicio, que podemos considerarla transitoria o permanente. De todos modos, en el siglo veinte enormes recursos se desperdiciaron persiguiendo constituirse en los árbitros exclusivos de las relaciones internacionales.

Una primera gran guerra en el segundo decenio de ese siglo, una segunda en el cuarto decenio, una costosa aventura en Corea en el quinto decenio; otra aventura en Vietnam en el sexto decenio. Y no bien comenzó el siglo veintiuno, en el primer año inició operaciones militares en Afganistán y dos años más tarde, su guerra de ocho años contra Irak. Quedan sin mencionar múltiples agresiones cometidas contra Cuba desde 1962 hasta el presente, contra Panamá en 1989 para apresar a Manuel Antonio Noriega y otras tantas imposibles de señalar ahora.

Mientras esa irresponsable utilización de los recursos de un país continuaba en su desenfreno, Estados Unidos iba empobreciendo a su población y poco a poco la riqueza se iba acumulando en un sector muy minoritario mientras se socializaba la pobreza. Se reconoce que Estados Unidos mantiene la  mayor desigualdad en el ingreso entre los países desarrollados con 46 millones de pobres. Una minoría controla la riqueza así como el aparato gubernamental con el apoyo de decisiones judiciales comprometidas con ese pequeño sector parasitario. Los mayores recursos se destinan en ese país a la llamada defensa nacional, que no es otra cosa que el mantenimiento de una estructura militar siempre preparada para la guerra y la agresión.

Es importante entender que el éxito de esas estrategias de guardián del mundo ha cesado. El desgaste económico y moral hace ya insostenible la unilateralidad. El futuro es de los pueblos con estrategias de justicia social, democracia, resuelta confrontación al imperialismo en todas sus formas y una firme vocación de paz. Por ese camino avanza la República Bolivariana de Venezuela en compañía de nuestra América.
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Puerto Rico mirando al Sur, columna semanal del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico en el periódico del gobierno bolivariano de Venezuela, Correo del Orinoco.