Escrito por Wilma E. Reverón Collazo / Copresidenta del MINH
Independientemente del estatus de los permisos que pueda o no obtener Walgreens para construir una nueva tienda, el asunto es uno de sobrevivencia económica para la nación puertorriqueña.
Desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos declarara inconstitucional la exigencia de un Certificado de Necesidad y Conveniencia como modo de control de la sobresaturación de áreas con farmacias mientras otras áreas no tenían acceso a una, Walgreens se ha dedicado a saturar la isla con su tiendas, que lo menos que tienen es de farmacias, desplazando el comercio de los locales puertorriqueños. Como si con los Walgreens no fuera suficiente, ahora también enfrentamos el embate de la cadena CVS que pone tiendas al cruzar la calle de las Walgreens en algunos pueblos.
Está estudiado y documentado, que estas cadenas multinacionales son depredadoras que acaban con el comercio autóctono, perdiéndose así capital puertorriqueño y empleos puertorriqueños, los empleos que crean son subempleos, sin beneficios, a tiempo parcial y el capital de ganancia que producen lo expatrian hacia EEUU el mismo día que lo producen. Descapitalización, desempleo y desforestación, son las tres D que producen. Encima, el gobierno le provee incentivos y exenciones a las cuales no tienen acceso los comercios puertorriqueños que luchan por sobrevivir.
Por lo tanto lo importante no es si tienen o no permisos para construir en el Bosque de Samán o si es o no un bosque. El asunto en controversia es ¿cuál es la política pública del gobierno con relación a estas cadenas de tiendas?; ¿es su tratamiento igual al del comercio puertorriqueño?; ¿se crea una situación de ventaja para estas tiendas frente a las locales?¿cuánto aguanta la isla de la presencia de estas cadenas?; ¿cuáles son los beneficios a corto y largo plazo que dejan al país estas tiendas?
No son los permisos, es la economía. Es el daño que hacen a la economía de Puerto Rico a corto y largo plazo. Es la descapitalización del país, es el desempleo, es la desforestación de nuestro mejores terrenos para dedicarlos al expendio de artículos de consumo.
Solo la conciencia ciudadana de que nos jugamos literalmente el país si no detenemos a estos comercios depredadores podrá detener este paso arrollador y destructivo. NO COMPRES EN WALGREENS tiene que convertirse en consigna de vida diaria. Darles donde le duele. Cuando dejen de recibir sus pingües ganancias se irán más rápido que como llegaron. Pudimos con la Marina de EEUU en Vieques, podemos con Walgreens.
Apoyo a los compañeros del Campamento del Bosque de Samán.
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