Sábado, Noviembre 23, 2024

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Desde Cuba a la CELAC

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"Grande es el imperio al que nos enfrentamos pero más grande es nuestro derecho a ser libres." Pedro Albizu Campos



El 17 de diciembre de 2014 sorpresivamente los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron por transmisión de televisión simultánea, la intención de reestablecer de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba. Apenas un poco más de un mes después, el 28 de enero de 2015, Daniel Ortega le cede su turno en la III Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al compañero Rubén Berríos Martínez, para que se dirigiera en la misma a nombre del patriotismo puertorriqueño. Sin duda estos dos acontecimientos impactan la situación colonial de Puerto Rico.

Por un lado, no existiría la CELAC si no hubiera habido Revolución Cubana. El desafío que planteó la República de Cuba a la hegemonía de EEUU en el continente americano y su heroica resistencia, ha sido la semilla que ha hecho florecer revoluciones y gritos de soberanía en el continente americano. Lo que Cuba hizo en el Siglo XX ha dado frutos en abundancia en el Siglo XXI: la revolución bolivariana en Venezuela, la revolución ciudadana en Ecuador, el kishnerismo en Argentina, la toma de poder del Partido de los Trabajadores en Brasil, la llegada a la presidencia de un indígena en Bolivia, la elección de presidentes guerrilleros en Uruguay y en El Salvador y el regreso de los sandinistas al poder en Nicaragua.

Ha sido ese sesgo a la izquierda, que ha roto con los dogmas tradicionales, que ha ajustado su discurso y sus modelos políticos y económicos a las realidades de sus respectivos pueblos, lo que ha hecho posible que hoy se pueda estar construyendo  la Patria Grande a través del proyecto de integración política que es la CELAC.  

¿Por qué decimos que La CELAC es aún un proyecto en construcción? Para entender la complejidad de los procesos integracionistas recordemos el tránsito que recorrió la Unión Europea antes de quedar institucionalizada como supraestructura regional en Europa.

La supraestructura «Unión Europea» comenzó sobre las cimientes de las tres Comunidades Europeas preexistentes —la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) fundada por el Tratado de París de 1951; la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom) creada en Roma con la firma del Tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica, el 25 de marzo de 1957  junto con el tratado "Mercado Común Europeo" que dio origen a la Comunidad Económica Europea (CEE)— y le añadió la política exterior común y la cooperación judicial y policial, Con la entrada en vigor, el 1ro. de diciembre de 2009, del Tratado de Lisboa, la Unión Europea sucedió, por completo a las Comunidades Europeas antes dichas y asumió con ello su personalidad jurídica única como sujeto de Derecho internacional.

Por su parte, la CELAC es heredera del Grupo de Río y la CALC, la Cumbre de América Latina y del Caribe que promovió la integración y desarrollo de los países latinoamericanos y caribeños. La CELAC fue creada el martes 23 de febrero de 2010 en sesión de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, en Playa del Carmen (México). Posteriormente, en la Cumbre de Caracas (Venezuela), realizada los días 2 y 3 de diciembre de 2011, quedó constituida definitivamente la CELAC. La I  Cumbre de la CELAC se celebró en Chile en enero de 2013, mientras que la II  Cumbre se llevó a cabo en La Habana (Cuba) los días 28 y 29 de enero de 2014.

Si comparamos el tránsito que conllevó la fundación de la Unión Europea, que tomó desde el 1951 hasta el 2009, podemos apreciar la complejidad de la formación de estos proyectos integracionistas regionales y por tanto la etapa temprana en que se encuentra la CELAC en su tránsito. Tomarán largos años el que la CELAC llegue a la etapa de madurez en que pueda tener instituciones formales que le den finalidad al proyecto, tales como un parlamento regional, un mercado común, una ciudadanía compartida, una política exterior regional y unas instituciones judiciales y de seguridad comunes.

Tan solo la definición de competencias de un sistema judicial común representa grandes retos para los países que pueden tener muchas cosas en común pero también tienen muchas diferencias culturales, lingüísticas y por ende de visión del mundo. Tomemos como ejemplo las diferencias de lenguajes. En América Latina hay lenguajes impuestos desde Europa sobre las naciones ancestrales: español, inglés, francés, portugués y holandés. Cada nación ancestral tiene a su vez su propio idioma: quechua, aimara entre cientos de otros. A su vez la mezcla de culturas y etnias ha dado origen a lenguajes criollos como el creole y papiamento. A eso hay que añadirle el lenguaje que han traído emigraciones que forman ya parte integral de las naciones de la comunidad, como el hindú y el mandarín.

América Latina tiene una población de 590,000,000 de seres humanos que comparten esa diversidad que prácticamente contiene el mundo en sí. A esa diversidad de seres humanos hay que añadirle diversidad de sistemas políticos y económicos, desde la Cuba socialista marxista-leninista hasta la extrema derecha neoliberal de los países como Honduras y Paraguay. A esa complejidad política y económica hay que añadirle el factor EEUU. Desde el bloqueo de EEUU a Cuba hasta la injerencia y control militar, económico y político de EEUU en distintos grados en países de la región como Honduras, Guatemala, Colombia, México, Perú y Paraguay.

Es en este complejo entorno que los países que componen la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (ALBA), han impulsado la creación del proyecto político más importante en la historia contemporánea de América Latina. Los retos y desafíos que este tipo de proyecto representa de por sí se complica con la constante intervención de EEUU mediante promoción de golpes de estado exitosos en Honduras y Paraguay y los actuales intentos golpistas en evolución en Venezuela y Argentina.

No nos engañemos, tras la decisión de EEUU de intentar restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba está no solamente el reconocimiento de que la política de aislamiento a Cuba ha fracasado, sino que quien ha terminado aislado en la región ha sido el propio EEUU, en la región considerada históricamente por ellos como su ¨patio trasero¨. Además del fracaso político que ha tenido la política de aislamiento hacia Cuba, poderosos sectores económicos en EEUU de la agricultura, comunicaciones, aviación y exportación han montado un fuerte cabildeo para que EEUU termine con el bloqueo económico y por ende, el aislamiento político.

¿Cómo incide esto en la lucha por la descolonización de Puerto Rico? Por un lado Cuba, que es el país que tiene no solo el conocimiento más amplio y profundo sobre el problema colonial de Puerto Rico, sino que también ha tenido el compromiso inclaudicable con nuestra lucha, aún en los periodos más difíciles, se convierte ahora en un interlocutor con comunicación directa con EEUU.

El logro reciente de que se le permitiera dirigirse en la CELAC a un representante de la lucha por la independencia en la persona de Rubén Berríos Martínez, es el resultado de esa verticalidad conque Cuba mantuviera en alto nuestra bandera de libertad patria contra todos y ante todos. Nicaragua ha tomado esa bandera y la ha erigido con dignidad en la CELAC. Por ello le estaremos por siempre agradecidos.

La CELAC en sus orígenes omitía toda mención del problema del colonialismo. No fue hasta la II Cumbre celebrada en Chile en 2013 que se pronunció por primera vez sobre la situación colonial de Puerto Rico, muy tímidamente, reconociendo el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y por lo tanto sujeto de interés de la CELAC. En la II Cumbre en La Habana se amplió el lenguaje y se le dio una encomienda específica al cuarteto de la CELAC para que desarrollaran propuestas sobre la descolonización de Puerto Rico y las presentaran ante el Comité de Descolonización. Ese mandato no recibió ninguna atención bajo la presidencia de Costa Rica, que inclusive evadió hasta lo inevitable el pronunciarse sobre nuestro caso como presidente de la CELAC, en las pasadas vistas del Comité de Descolonización.

Creemos que ante la relajación de tensiones entre EEUU y Cuba y la asunción a la presidencia de la CELAC por parte de Ecuador, cuyo presidente Rafael Correa ya se expresó a favor de las gestiones de Nicaragua y Venezuela para que Puerto Rico sea parte de la CELAC, anticipamos que EEUU se va a sentir cada vez más presionado internacionalmente y más desnudo en su política colonial hacia Puerto Rico. Después de todo el trabajo internacional de los independentistas puertorriqueños se inspira en lo que Don Pedro dijera: "Nosotros no tenemos armas para echar a pique sus fuerzas navales pero sí tenemos el arma de echar a pique su prestigio en el mundo.

Fundación Juan Mari Brás

 

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