No es mucho lo que se pueda especular sobre qué hará Trump con Puerto Rico. Son muy escasas las ocasiones que se ha expresado sobre el tema. Las expresiones no confirmadas; que los puertorriqueños son los mexicanos que más desprecia, va a quitarles la ciudadanía estadounidense.

Las expresiones oficiales de Trump son las de todo candidato a la presidencia de EEUU: los puertorriqueños tenemos el derecho a expresarnos sobre nuestra preferencia de estatus, incluyendo la estadidad, y el gobierno de EEUU debe actuar dentro de los límites del poder del Congreso y la Constitución para decidir nuestro futuro. Generalidades que no se comprometen a nada. Sobre la crisis fiscal ha hablado con más contundencia: Puerto Rico tiene que resolver su problema sin rescate del gobierno de EEUU.

Al final todo para Trump se reduce a dólares y centavos. No hay ideología ni idealismos. Su única y principal motivación en la vida es hacer dinero y ser el centro de atención. Es además un hombre de negocios que se toma riesgos y a veces quiebra.  A pesar de que sus negocios se han ido a la quiebra en varias ocasiones, para Puerto Rico no habrá acceso a la quiebra. Los puertorriqueños no saben administrar sus finanzas y deben asumir la responsabilidad de su ineficiencia e irresponsabilidad. Pura lógica capitalista que socializa las pérdidas, como cuando el gobierno de EEUU le dio un rescate financiero a Wall Street de $7 trillones de dólares, pero las ganancias son privadas.

Debemos esperar de Trump poca si alguna atención a Puerto Rico, incluyendo el asunto del estatus. De hecho, a pesar de que en la plataforma del Partido Republicano siempre se expresa apoyo a la estadidad para Puerto Rico, hemos visto que cuando el Congreso ha sido conminado a actuar (Proyecto Young, Proyecto Pierluisi), los congresistas republicanos son la punta de lanza contra ese esfuerzo.

Al igual que con la política hacia Cuba, lo que moverá a Trump en una dirección u otra es el cálculo económico. Me preguntaban el otro día si Trump echaría hacia atrás las órdenes ejecutivas que Obama emitió como parte del restablecimiento de las relaciones con Cuba. Teniendo en cuenta que el poderosísimo cabildeo de los agricultores de lo que llaman “Grain Country” es históricamente republicano y blanco, y que han estado en la última década apoyando el restablecimiento de relaciones con Cuba y el fin al bloqueo, se podría esperar que Trump reconsidere la palabra empeñada al exilio histórico cubano.

Sin embargo, no debemos olvidar que la comunidad puertorriqueña en EEUU en el estado de Florida, que se considera un “swing state” en las elecciones presidenciales, ha crecido en un 110% y cuenta hoy con un 1,1 millón de puertorriqueños.  En Orlando nada mas son 80,000 votos que representa el 12% del electorado.

Los puertorriqueños son conocidos como mayoritariamente demócratas, pero esto podría cambiar en este cuatrienio con lo que se espera va a ser otra oleada de emigración hacia EEUU como resultado del impacto que tendrán las reformas (laboral, contributiva, reducción nómina de gobierno, reducción de pensiones) impuestas por la Junta Fiscal al gobierno y pueblo de Puerto Rico.

“Susan McManus, una profesora de la Universidad del Sur de Florida en Tampa, dice que los puertorriqueños que se han mudado a Florida después de vivir en el noreste de Estados Unidos tienden a votar por los demócratas. Pero estudios muestran que muchos de los que llegan directamente de Puerto Rico lo hacen por el Partido Republicano”. (Fuente BBC Mundo). Esto ciertamente influirá en Trump y su mirada hacia Puerto Rico, si se mantuviera en la presidencia.

Fuente: El Nuevo Día