Wilma E. Reverón Collazo / Copresidenta del MINH – ¡Ya estás en tu tierra, en tu patria, tu nación! Solo pienso en la emoción que debes haber sentido al comenzar el descenso del vuelo, ver el mar que tanto añorabas, el verde de las montañas. Tus ojos de mirada penetrante y visionaria deben haberse humedecido ante la realidad de poder ver y volver a su patria. Tu corazón desbocado, tus pequeñas y ágiles manos apretadas.
Oscar ya estás en casa. Lo digo y lo repito porque no lo creo. Nos quitaron la alegría y la emoción de recibirte masivamente en el aeropuerto, pero eso no será óbice para darte un abrazo multitudinario cuando las condiciones de tu libertad lo permitan. Llegaste a la patria justo en el momento en que los trabajadores (as) se tiran a las calles a luchar pare exigir que se respeten sus derechos. Es como si tu tesón de hombre luchador ya invadiera el ambiente y lo transformara.
Aquí te esperamos en los adoquines, en las plazas, en los colmados, en el mar, la montaña y en el llano. Todos te quieren abrazar y están ávidos de tus palabras, de tu voz concitadora de valores, valentías y amores. Porque eso eres tú, el amor de un pueblo encarnado en tu cuerpo de combatiente firme.
Encuentras un Puerto Rico muy cambiado, muy “modernizado” en lo bueno y en lo malo. Pero encuentras a un pueblo cuyo corazón conoces mejor que nadie. “El corazón del boricua es distinto”, dijiste en la cárcel. Tu apuesta es a ese corazón que se define tierna y guerreramente cuando atacan a los suyos. Son los boricuas de Vieques, los boricuas de la campaña por tu excarcelación.
Aquí desde la emoción te damos la bienvenida y te decimos ¡con la Patria en el corazón, bienvenido!