Conocí a Rafael Bey Nazario como docente, profesor de Biología en UPRA y luego de su jubilación lo encuentro integrado en diversas luchas sociales, llevaba su cámara fotográfica y su cartel de protesta. Su porte de hombre alto y elegante, su voz fuerte lo distinguía. Desde la jubilación se dedicó a trabajar en las comunidades y grupos comunitarios, buscando construir espacios dignos y solidarios, aportando su conocimiento que iba más allá de ser biólogo, pues entendía muchos temas, desde las artes hasta las ciencias. Además de ayudar a la comunidad en diversos eventos naturales, en especial en las inundaciones rescatando y reconstruyendo. Siempre con su voz de protesta y análisis de los temas, defendía sus puntos y argumentaba clara y profundamente sin subjetividades. Llevaba a reflexionar sobre la liberación que queríamos.